Jorge Luján, nacido en Córdoba y radicado en México, no es sólo escritor. También es músico y arquitecto, tiene más de 40 libros traducidos y premios locales e internacionales. Si se accede a su página personal jorgelujan.net queda en claro que el predominio de su obra es el texto infantil-juvenil, que suele ir acompañado de ilustraciones. Entre otros ilustradores trabajó con Pablo Bernasconi, Isol y Diego Bianki, todos argentinos, aunque sus textos también incluyen imágenes de artistas plásticos de otras nacionalidades.

Con respecto a Salando el río con una cucharita, la primera novela de Luján, el libro está construido con capítulos a los que se le da un título propio, lo que hace pensar en una serie de episodios auto-conclusivos. La novela inicia con una escena en una escuela que el lector podría ubicar en una zona rural. Se habla de polvo, polvo en abundancia, pero no se habla de una geografía específica, aunque sí queda claro que la historia está situada en América del Sur. Desde ahí se cuenta la historia de un chico y su entorno: su madre, su padre, los compañeros de escuela y demás. La historia de un chico y lo que ve y vive y cómo su mirada se transforma ante los eventos de una vida no exenta de crudeza. Y la prosa, muy marcada por el registro oral, incluye cambios de tipografía, alguna canción traída a colación en la historia o lo que encuentra el protagonista, junto a su padre, escrito en una lápida del cementerio. Es decir: en el texto hay una serie de variaciones y cambios de registro que hacen la lectura muy dinámica.