Para el proyecto, se colocaron exhibidores con libros en las salas de espera de las salitas asistenciales barriales, del hospital y clínicas de la ciudad; en cafeterías, peluquerías, lobbies, farmacias, entre otros establecimientos. Veintidós voluntarias de la biblioteca se encargan de llevar los ejemplares y garantizar la rotación de los títulos. Muchos de los libros son donaciones de la comunidad o ejemplares repetidos. Para dar conocimiento a la comunidad sobre el proyecto, se comparte en la primera hoja de cada libro una breve explicación y los datos de la biblioteca para información del lector.