El proyecto comenzó en 2019 con grandes resultados. Durante la pandemia pasó a la virtualidad y luego en 2022 retomó la presencialidad hasta hoy. El pequeño bibliotecario es conector de información y mantiene interesados a quienes visitan la biblioteca, enriqueciendo su propio caudal literario e interés por la lectura y escritura. Su asistencia consiste en recomendar textos de su interés, proponer nuevas ideas a textos leídos, reflexionar sobre la narrativa, acompañar al bibliotecario en diversos proyectos y visitas, entre otras. De esta forma, la biblioteca es un espacio para acrecentar la creatividad, ampliar información, adquirir conocimientos y desarrollar la imaginación.