La autora de este libro es, además de Licenciada en letras modernas, creadora y directora de colecciones de libros para chicos. También fue coordinadora, durante 10 años, de un taller-laboratorio sobre los procesos creativos en relación a la lectura y escritura e integró campañas de promoción de la lectura. El recorrido de ese camino dio como resultado este libro, en el que se compilan ponencias, conferencias y materiales elaborados por la autora en un período que abarca parte de la década del ochenta hasta el 2006. 

El libro está estructurado en cuatro grandes tramos. El primero tiene como disparador la prosa y de ahí surgen las preguntas en torno a cómo se construye un lector, cuál es el recorrido que hace en base a sus lecturas y demás. Entre los muchos temas que aborda pone la lupa sobre un dato no menor trabajado en los talleres con maestras: en la mayoría de los casos son las mujeres las que leen a los niños. Pero no sólo en el ámbito escolar. La autora también menciona el rol histórico de las mujeres en este aspecto: narradoras de fábulas y cuentos, primero, La Biblia (con la llegada de la alfabetización) después y luego toda la red posible de lecturas, aunque, en ciertos períodos, de modo furtivo. Aclaración: este es sólo uno de los muchos planteos que propone la autora en un libro que abre preguntas diversas en distintas direcciones. Para el siguiente tramo, dedicado, en principio al verso, la autora se pregunta sobre el equipaje poético y todo lo que cabe en él, sobre los prejuicios en torno a la poesía (y el peso del mercado frente al desarrollo y circulación de ciertas formas creativas) y demás. Esto le seguirá un capítulo sobre la lectura de ficción y poesía, otro sobre el tiempo leído y demás. Es decir: en el libro se plantean muchas preguntas y posibles respuestas.

Este libro recomendado para el público adulto puede ser útil para trabajar y tomar conciencia del modo en el que incorporamos la lectura (nosotros y los otros) a la vida.